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domingo, 31 de marzo de 2013

Metoxi X Chromitsa White 2010



Evangelos Tsantalis 

Metoxi X Chromitsa White 2010

50% Asirtiko – 30% Sauvignon Blanc – 20% Athiri

12% Grad. Alc.

Monte Athos, Grecia.


Ya habíamos probado el tinto de una línea menor de esta variedad llamada Metoxi Chromitsa, y éste ejemplar con una enorme X entre las dos palabras que forman su nombre es una línea superior, quizá un gran reserva aunque no lo indique, cuya botella –vacía- debe pesar un kilo, y la hendidura en la base es lo suficientemente profunda como para cubrir dos falanges. Puedo estar equivocado pero tengo esa idea de que cuanto más profunda es la hendidura en la base de la botella el vino es de mejor calidad, y si esta bendita oquedad es poca o casi plana el vino está muy probablemente para ser un ingrediente más al momento de cocinar. Claro, el precio –al menos por aquí- ya es otro indicativo.

A la vista, es de un dorado intenso, denota mediana corpulencia. En nariz: en la primera copa se percibe más las notas minerales y también las herbáceas, ya en la segunda copa y restante hay notas afrutadas, cítricas, en ambos casos es de una intensidad que va creciendo conforme pasa más tiempo en copa. En boca, de una densidad mediana, llena la boca; de una marcada y rica acidez; sensaciones afrutadas como de peras, limones, alternan perfectamente con las notas minerales. De final largo e intenso, con retrogusto cítrico. 

Mientras por aquí en esta semana santa pareciera que todos corren atrás de bacalao y de los benditos huevos de chocolate, nosotros, como el salmón, vamos siempre en contra, y no hacemos nuestras esas costumbres de moda por aquí así que nada de bacalao sino corvina para un ceviche, y éste ejemplar griego es otra opción para nuestro plato bandera, aprovechando las características de la cepa griega asirtiko –predomínate en este vino- y del sauvignon blanc, ambas de buena acidez. Estuvo soberbio.
 

domingo, 24 de marzo de 2013

El collar del perro, Rubem Fonseca




Título original : A coleira do cão 


Año de publicación : 1965 


Presente edición : Companhia das Letras, 1995 


La sensación tras leer los ocho relatos que trae este segundo libro publicado por Rubem Fonseca es como el de ser el encargado de limpiar los vidrios de un edificio y poder conocer, ver y escuchar los variados universos que existen en las diferentes personas que habitan en cada departamento. Estos relatos se caracterizan por la construcción minuciosa de sus personajes, desde lo más profundo de cada uno de ellos, desnudándolos completamente, tornándonos a nosotros lectores muy íntimos de ellos, como por ejemplo en “Os graus” (“Los grados”), donde estamos ante un hombre que se lamenta no haber tenido de joven las mujeres suficientes, y que ahora en su vejez, al tenerlas, no tenía el vigor de antaño para satisfacerlas, y satisfacerse. 


En “O grande e o pequeno” (“El grande y el pequeño”) dos primos adolescentes, tocayos; el menor verá en su primo mayor lo que probablemente hará su futuro, desde fumar hasta hacerse de una mujer y hacer prevalecer su voluntad a pesar de la rotunda negativa de su familia portuguesa por que la elegida es de raza negra. Aquí esa costumbre enraizada en muchas familias –inclusive hasta en nuestros días- donde por ser descendientes de europeos los hace sentirse algo superiores e intentan no mezclarse e imponer esa costumbre en las nuevas generaciones. En ambos relatos no parece haber un inicio y un fin, ingresamos a ellos en una historia ya iniciada y, tras conocer las peculiares situaciones abandonamos los relatos con la sensación de que esas historias continúan. 


Madona” nos presenta a un adolescente, aparentemente con una familia feliz, pero que está totalmente vacío, solo, y tal vez a la deriva. 


Y estos tres relatos son los que menos disfruté, no por considerarlos malos sino que pertenecen a un conjunto donde los otros cinco ofrecen realmente un disfrute mayor. 


En “A opção” (“La opción”) una junta médica barajará cuál es la decisión correcta a ser tomada para un paciente de nueve años morfológicamente masculino pero gonádicamente femenino. Las dudas y contrariedades están a flote, guerra de egos entre los colegas, presenciamos la busca de ese pequeño goce de ser quien tiene el poder de decidir qué sexo tendrá en adelante aquel niño, como jugar a ser Dios, mientras el niño está ahí, inerme, esperando que decidan su futuro. 


En “Relatório de Carlos” (“Informe de Carlos”) Fonseca nos hace entrar a la rutina de un influyente abogado y el difícil trato que éste lleva con su amante quien literalmente hace lo que quiere con él. Interesante la comparación al inicio que hace el personaje principal con su padre quien también se las traía, teniendo algunas amantes por ahí que luego aparecieron para llorarle en su entierro delante de toda la familia y amigos. “No quiero hablar de ventaja, pero en eso (y en otras cosas) superé a mi padre, pues Norma no es una mujer cualquiera.” Por lo visto el personaje guarda desde hace mucho el ansia de superar lo que su padre haya hecho, y en todo ámbito, aunque no perciba que, por ejemplo, las amantes de su viejo lo amaban, ya la de él lo usa cuando y como quiere. Es el relato más largo, quizá una nouvelle




A força humana” (“La fuerza humana”) es el relato que abre el libro, y desde la primera frase se percibe la impotencia del narrador, un probable campeón de box quien tendrá la mala suerte de encontrar y llevar al gimnasio (donde entrena, trabaja y vive) a un bailarín de samba sin ninguna experiencia pugilística pero con una agilidad felina y un biotipo único, quien poco a poco lo irá desplazando del gusto del entrenador, perdiendo inclusive parte de su comida pues el otro la aprovechará mejor. Fonseca utiliza jergas y el lenguaje del mundo boxístico –él fue boxeador de joven- transmitiendo muy bien cada respiro, cada golpe, cada desilusión de nuestro narrador. 

O gravador” (“El grabador”) está construido con la meticulosidad que debe tener un arquitecto. El autor nos presenta primero a Jorge Vale, un tipo que conoce a una mujer por medio de una encuesta telefónica. Esta mujer ­–Alda- se rehúsa inicialmente a conocer a Jorge pues dice ser casada, curiosamente su esposo también se llama Jorge. A la vez el mismo tipo recibe constantes llamadas de su madre, quien lo trata como a un niño. Las conversas son separadas por capítulos haciéndonos creer que son cuatro los personajes, cuando en realidad tanto Jorge y Alda tienen un juego de doble personalidad: la esposa es amante (o prospecto) y madre a la vez, y Jorge es un conquistador y un niño introspectivo necesitado de protección al mismo tiempo.

El que cierra es el que da título al libro, “A coleira do cão” (“El collar del perro”), un relato policial tan vertiginoso que parecemos estar en el patrullero a toda velocidad sondeando las inextricables favelas de algún morro carioca. Aquí también el manejo del lenguaje utilizado por los policías y soplones es tan verídico y certero –además de boxeador, Fonseca también fue policía- que nos grafica perfectamente cómo es aquel mundo corrupto y viciado donde ni los periodistas se salvan. Vilela es la antítesis de todos ellos: culto, honrado, metódico, pero ante todo justo, y esto hace que choque frecuentemente con sus propios subordinados, como en la decisión de cómo interrogar al sospechoso, entre la técnica violenta y dolorosa –e interesante- de Washington y la del uso de la psicología de Vilela, contrario a cualquier tipo de tortura. Pero Fonseca nos revela también al policía-torturador como un hombre bueno, pero curtido y atento a no dejarse timar. Con muchos trazos de humor negro éste es un relato con mucha acción enmarcado en la tristeza de la seguridad de que nada cambiará ese caos que por allá, lamentablemente, es rutina. 


En todos los relatos de este libro se percibe que cualquier tipo de  esperanza es mera ficción pues aquí se respira la crudeza de la realidad. Del conjunto, estos cinco últimos relatos -según fueron nombrados en esta entrada- fácilmente pueden ser considerados como obras maestras, muy bien estructuradas, donde todos los personajes que aquí el maestro Rubem Fonseca nos presenta parecen estar libres pero en realidad hay algo que los ata, que los mantiene hundidos en esa miseria que sólo ellos conocen -y nosotros, tras leer la obra-, aquella miseria que es parte de su cotidiano, y a la que parecen estar condenados. 

sábado, 23 de marzo de 2013

Terranoble Gran Reserva Riesling - Sauvignon Blanc 2010


Viñedos Terranoble S.A.

Terranoble Gran Reserva 2010

70% Riesling – 30% Sauvignon Blanc

12% Grad. Alc.

Valle de Casablanca, Chile.


Los vinos de la casa Terranoble no son tan conocidos por esta ciudad, la linda y ordenada capital paranaense, y esto por la sencilla razón de que difícilmente se les ve en los estantes, no sólo de súper mercados –presencia nula-, sino también de la mayoría de vinotecas que por aquí hay; no es una marca que se recuerde en la mente, a menos que hayamos tenido la suerte de experimentar alguno de sus caldos. De esta línea Gran Reserva ya habíamos degustado el de la cepa insignia vecina, el carmenere, y ahora abrimos este corte con sauvignon blanc pero con predominancia de riesling.

A la vista, es de un amarillo pajizo de buena intensidad, denota mediana corpulencia. En nariz, hierbas, pasto cortado, también algo floral; lo afrutado aparece después, en la segunda copa y siguientes, también hace recordar algo así como la ralladura de la cáscara de limón.
En boca, lo herbal y floral se refrendan, sensaciones más destacadas que la afrutada; hay un toque como de almendrado; tiene una buena acidez, también una mediana corpulencia. De final mediano con retrogusto mineral. 

Deja una sensación mineral en el paladar que tras la comida torna la experiencia muy fresca, fría; acompañó muy bien un risotto de salmón y mariscos, y estuvo perfecto para celebrar -todavía- el gol de Farfán. La experiencia que ofrece este vino es más que recomendable. 

Perú 1 - Chile 0 - Eliminatorias Brasil 2014


Ganamos con más ganas que técnica.  Premio para quien probablemente fue el que más corrió, el que más la luchó todo el partido, Jefferson Farfán: ¡¡gracias foquita!! Eso sí, Sampaoli demostró más agallas que Markarián al meter a Castillo y Fernández, aunque creo que nos hizo un favor en sacar a Aránguiz, ya Markarián demoró en meter a Yordy Reyna, haciéndolo ingresar faltando once minutos más descuentos, y nosotros éramos los locales. Aún estamos al fondo pero hasta junio, cuando nos visiten los vecinos norteños, el sufrimiento y el sueño continúa, 
y la ilusión,  
una sombra, una ficción, 
y el mayor bien es pequeño, 
que toda la vida es sueño, 
y los sueños, sueños son. 





Foto tomada de Peru.com
Vídeo subido por ALFMEDIA2012

domingo, 17 de marzo de 2013

Monte Cinco Malbec 2007


Arturo Bertona 

Monte Cinco, Malbec 2007

14% Grad. Alc.

Agrelo, Luján de Cuyo, Mendoza, Argentina.



A raíz del nuevo Papa argentino, Nádia, una amiga brasileña comentó en su facebook: "en adelante los vinos de las misas pasarán a ser malbec argentinos"; una muy buena idea, y aquí una sugerencia: 


Al iniciar el año, y al igual que con otros segmentos (electrodomésticos, electrónicos, ropa, etc) las vinotecas e importadoras –ni todas- con las nuevas cosechas llegando comienzan a ofrecer ofertas de algunos ejemplares. Muchos como el Finca El Origen Reserva Torrontés 2010 y el vino de la presente entrada nos eran desconocidos hasta encontrar dicho paquete de ofertas. Ya nos habíamos deparado con el Monte Cinco petit verdot de llamativa etiqueta celeste, pero el precio tan elevado nos hacía pasar recto. Ahora, con casi 40% de descuento estaban aquel y este malbec.

A la vista, es de un púrpura muy concentrado que hacia el centro es casi negro, forma lágrimas intensas, denota una corpulencia mediana a más. En nariz, es muy afrutado, ciruelas y moras maduras, el aroma se va abriendo con el transcurrir del tiempo emanando luego aromas tostados, madera, vainilla; aroma cargado. En boca, es de una densidad muy rica, corpulento; lo afrutado se refrenda así como también las notas tostadas y la vainilla, la madera es discreta, en ningún momento incomoda; de una tanicidad muy equilibrada. De final medio con retrogusto a chocolate. 

La sensación achocolatada del final no es ese bitter, parece más a ese chocolate de leche, suave, cremoso. Otra sensación llamativa es la madera: está lejos de ser un tablazo, aquí es un toque sutil, y por último la buena corpulencia del caldo, llena la boca, algo untuoso. Armonizó bien un guiso de carne con yucas y arroz. 

Esta y otras ofertas se encuentran en las tiendas "Vino!" de Curitiba, en especial la del Mercado Municipal que es adonde solemos acudir, muy variada y siempre con una atención de primera. A sus RS 55 (US$ 22,50) de ahora, y aunque no es el famoso y premiado “Oak” de esta casa –del que hablaban en la vinoteca-, éste malbec está para reverenciarlo al estilo musulmán, con las disculpas del Papa. 


miércoles, 13 de marzo de 2013

Sayonara Gangsters, Genichiro Takahashi




Título original : さようなら、ギャングたち
Año de publicación : 1982
Presnte edición : Ediouro Publicações, 2006
Traducción : Jefferson José Teixeira. 



Fue una grata sorpresa el encontrar una edición brasileña del primer libro publicado por Genichiro Takahashi (1951), escritor que hace poco tiempo se llevara el Premio Tanizaki 2012 por su obra “Sayonara, Christopher Robin”; por lo visto guarda cierto gusto por utilizar la palabra “adiós” al momento de titular sus obras. 

Si hasta ahora tenía la idea de que la literatura nipona se caracterizaba por la sutileza, que a veces la puede hacer ver incluso como austera; la pulcritud, tornándola en muchos momentos etérea, aquí Takahashi se sale del padrón desde las primeras líneas, entregándonos una escena bien gore –la explosión de la cabeza del presidente de los Estados Unidos al masticar un sospechoso chicle Nabisco a los que era viciado, en medio de toda su seguridad, obra qué duda cabe, de los gangsters- que es nuestra bienvenida a la historia. 

Historia que en realidad no versa sobre gangsters en sí, sino en la vida de un simple profesor de poesía (¿existían profesores de poesía?) de una escuela de poesía, en un lugar donde la gente carece de nombre y donde cada quien puede elegir a la persona que le bautizará. Tras una sesión de conversas intercaladas con bastante sexo con la mujer con quien este profesor tiene una relación más o menos libre, llegarán a algo mejor que pasar a una relación en serio (aunque quizá al final signifique eso): se bautizarán; así, ella pasa a llamarse “Song Book de Miyuki Nakajima” (*), Song Book para los amigos, dueña y ama del gato llamado “Enrique IV”, lector compulsivo que gusta sorber su leche con vodka; Song Book devolviéndole el gesto a su amado amante lo llamará “Sayonara Gangsters”, nombre que hacia el final de la obra cobrará sentido.


Los gangsters aparecerán en la vida del profesor hacia el tercer y último capítulo: el gangster gordo, el gangster callado, el gangster bajito y el gangster guapo, me recuerdan a Mr. White, Mr. Blue, Mr. Pink, Mr. Orange, y Mr. Brown de “Reservoir Dogs (1992)”, pero el recuerdo es solamente por lo llamativo de los nombres. Los gangsters de la novela son casi inmortales, pueden llevar varios tiros en el cuerpo y tras una breve caída se levantarán, solamente son aniquilados si alguien consigue volarles la cabeza (como al presidente norteamericano del inicio del libro. ¿El mayor gangster?), detalle que me remite a “Highlander (1986).” Esos cuatro gangsters develarán a uno más, sorprendiéndonos tanto a nosotros como a nuestro narrador. 

Takahashi con esta historia parece quejarse sobre el ritmo de vida siempre apurado, sin tiempo para detenerse a observar, a escuchar, a leer (y eso que a inicio de los 80’s no había ni celulares, ni internet), pues pareciera que de hacerlo el motivo cambia, la idea muta, en donde el cotidiano significa el estar envueltos en una gran confusión, y a la vez preocupados por cosas nimias, información que nos la ofrecen como importante pero que en verdad no nos hacen crecer como personas. 

El libro está dividido en tres partes en las que el autor deja claro su singular manera de narrar: hace uso de pequeños y simples dibujos atribuidos al narrador para acentuar lo que éste está diciendo, también hay dos páginas con diseños tipo manga, y lo más llamativo es que hay muchos capítulos de pocos párrafos, inclusive de una sola línea, tan elocuentes que no se siente la falta de más palabras para entender la acción que está desarrollándose. Pero los capítulos extensos también rinden buenas páginas aunque sean alucinaciones tan estrambóticas como la prolongada reunión y charla con Virgilio, Ovidio, Empédocles, Hesíodo, Alceo, Anacreonte y Aristófanes discutiendo sobre poesía y la “Vieja Guardia”; todo tiempo pasado fue mejor.




Genichiro Takahashi abandonó los estudios de la Yokohama National University, siendo en su época estudiantil un activista político radical, llegando incluso a pasar seis meses en prisión. Es autor de “John Lennon contra los marcianos” y “A*D*U*LT*O”. En la actualidad es profesor de literatura en la Meiji Gakuin University y es colaborador del Asahi Shimbun. 

Esta singular manera de hacer literatura me hace recordar a obras del inglés Will Self y del brasileño Ignácio de Loyola Brandão, con esa escrita ácida y atropellada, que pareciera sin sentido, hasta desordenada, difícil en muchos momentos, lúdica en otros, pero en realidad meticulosamente siguiendo un padrón, el que Takahashi quiere imprimir; hay que tener mucho coraje para mandarse un debut literario con una obra como ésta; la vanguardia es así, como dice el maestro García. Ojalá y se animen a traducir al castellano y/o portugués, y editar más obras de Genichiro Takahashi, que no sólo de Murakami vive el mundo.



(*) Miyuki Nakajima 中島 みゆき (Sapporo, 1952) es una de las cantautoras más conocidas en la isla. Para los que viven allá o alguna vez vivimos, es frecuente depararse con temas suyos. Particularmente, y después de estar algún tiempo por allá, en el grupo donde están Aretha Franklin, Mercedes Sosa, Chavela Vargas, Nina Simone, Eva Ayllón, Susana Baca, Elis Regina, Björk, y Cesária Évora también está Miyuki Nakajima.

domingo, 10 de marzo de 2013

Sigalas Asirtiko Athiri 2011


Domaine Sigalas
Sigalas Asirtiko Athiri 2011
75% Asirtiko – 25% Athiri
13,9% Grad. Alc.
Oia, Santorini, Grecia. 

Hace algún tiempo frecuento la vinoteca del importador Decanter en la Av. Visconde de Guarapuava –atrás del Hospital Santa Cruz- en el centro de Curitiba, y las veces que por ahí caía siempre encontraba agotado este vino, hasta ahora que les llegó la cosecha 2011. 


Este blend griego con predominancia de asirtiko y un pequeño aporte de athiri –uvas autóctonas griegas- tiene buena fama por aquí, y, aunque lleguen más caros de lo que es ofrecido afuera parece que igual llegan a venderse todos. El motivo debe ser el que éste en particular ha recibido buenos comentarios de revistas especializadas gringas, y a su vez está a un precio algo menor que sus hermanos mayores, aunque siga siendo caro.

A la vista, es de un dorado concentrado, con reflejos algo verdes, denota mediana corpulencia, forma lágrimas medianas. En nariz: cítrico, como a cáscara de limón siciliano (ese grande y amarillo que pareciera un adorno de cera), cáscara de toronja, hay toques minerales. En boca, es muy fresco, lo mineral resalta, ya lo afrutado -lo cítrico- se deja percibir como una brisa, es como una sensación paralela al frescor mineral; de corpulencia mediana, llena la boca; de buena acidez que equilibra su alta graduación. De final mediano con retrogusto floral.

¡Este ejemplar es un vinazo! Es muy fresco, con una marcante mineralidad. Centrándonos específicamente en el vino es una excelente experiencia que acompañó perfectamente nuestro sashimi de salmón.

Qué se puede decir sobre rpc cuando por aquí es ofrecido a un precio muy elevado en comparación a mercados de otros países.
Nosotros pudimos conocer tres vinos de esta casa Sigalas, las tres fueron muy gratas experiencias, resta en el futuro buscar los vinos de esta casa en el extranjero, de haber nuevamente la oportunidad; comprarlos nuevamente aquí en Brasil –como a todos que no son chilenos, argentinos y uruguayos- no creo.

jueves, 7 de marzo de 2013

Cuentos de la selva, Horacio Quiroga


Año de publicación : 1918 
Presente edición : Editorial Losada, 1989 

Si hay un lugar donde lo fantástico e imaginativo se desarrolla fácilmente ése lugar es en el esplendor de la selva, en este caso aquí  -relativamente-, cerca a la frontera, bordeando el río Paraná, y de la mano del uruguayo Horacio Silvestre Quiroga. Los ocho relatos infantiles que trae esta obra fueron escritos durante su aventura y estadía en San Ignacio, Misiones, a donde se mudó con su familia y donde incluso naciera su hija Eglé. 

En todos estos relatos encontramos a los animales cavilando y decidiendo como personas, preocupándose por la salud de sus seres queridos -otros animales como ellos-, o incluso de algún hombre a quien consideran y estiman, también la muerte rondará, instalándose alrededor de los variados personajes, todo con un lenguaje fácil y con la arquitectura del léxico habitual del lugar, explicado a pie de página. 

"La tortuga gigante" es el que abre el libro, y su inicio no podía ser mejor: "Había una vez..."  Esa clásica frase es desde ya el primer disfrute de este libro. En este primer relato se puede encontrar ya ese afán -que más que fantástico parece utópico- de enlazar hombre y animal en una ayuda mutua. 

"Las medias de los flamencos" es uno de los que más disfruté, entre otras cosas porque Quiroga no pinta a las víboras y serpientes de malvadas, reputación que cargan desde hace poco más de dos mil años cuando algún escritor anónimo plasmó a este inocente animalito ofreciendo una prohibida manzana a una mujer. Aquí está excenta de esa injusta mala fama, aunque hacia el final del relato desarrollen un sentimiento de venganza hacia los bobos flamencos. 

"El loro pelado" es otro cuento muy bien logrado. También resulta muy divertido por el resultado inicial que obtiene el lorito -el ser desplumado- del título, producto de su inocencia en acercarse tanto a un animal tan peligroso como el tigre, y el final donde este pequeño ser increpa a lo que resta de su otrora rival. Aquí también nace un deseo de venganza del pequeño plumífero, y también se da esa simbiosis entre animal y hombre, muy común en la mayoría de relatos del libro. 

En "La guerra de los yacarés" la simbiosis se da entre los yacarés del título y un surubí, uniendo fuerzas para defenderse de la destrucción que causa el hombre. También encontramos la disposición del pez que no guarda rencor -los yacarés en el pasado se habían almorzado a otro pez pariente suyo- y se anima en ayudar a estos reptiles, hecho que consiguen basado en la amistad de un viejo yacaré con aquel viejo surubí. Es uno de los relatos más extensos y algo más violentos. 

"La gama ciega" es quizá el que menos disfruté, puesto que me cuesta asimilar que un cazador esté presto a ayudar a una gama. Lo resaltante de este relato es la conocida amistad del viejo oso hormiguero con el hombre; también las enseñanzas que la madre pasa a su cria, a quien Quiroga la esboza inquieta, curiosa y desobediente, como los niños; y finalmente, el eterno agradecimiento de la gama mamá para con el cazador, a quien constantemente le llevará plumas de garza. El final es muy light, hasta para un niño. 



"Historia de dos cachorros de coatí y de dos cachorros de hombre" nos trae también un paralelismo entre las crias, su comportamiento similar, curioso y travieso, que lleva en este caso al  coatí menor a caer en la trampa destinada a la comadreja. Tanto la madre como los hermanos del coatí verán el buen trato que le brindan en su cautiverio teniéndolo como mascota, y, al enterarse de la muerte del coatí por una mordedura de serpiente, planearán cambiar el cuerpo muerto por el hermano más cercano del coatí para no causar tristeza en los niños del granjero. 

En "El paso del Yabebirí" las rayas, en agradecimiento al hombre, que prohibió pescar con dinamita a otros hombres, lo defenderán cuando manadas de tigres lo acechen y él esté herido en la orilla. Las rayas aquí son capaces de elaborar estrategias para no dejar pasar a los felinos a través del río, decidiendo incluso morir para salvar al hombre. Es uno de los relatos más intensos del grupo, y también más violento. 

"La abeja haragana" es quizá el que llame más la atención desde el título, pues desde niño uno sabe que las abejas -así como las hormigas- trabajan duro y en equipo. La del título es la antítesis de todas ellas y tendrá que aprender a comportarse como sus hermanas ,aunque para ello tenga que arriesgar su vida. 

Estos relatos aparecieron primero editados en revistas bajo el título "Cuentos de la selva para mis hijos", sólo en 1918 se agruparon ganando su edición definitiva con el título conocido. Existe la probabilidad de que éste sea el primer libro de cuentos para niños en Latinoamérica 

Todos los relatos, aunque escritos con un lenguaje simple, tienen como caracteristica una bella descripción que invita a explorar ese peculiar lugar que es la selva. Es fácil percibir el mensaje dejado en estos cuentos a través de los diversos comportamientos que el autor imprime en los animales, protagonistas de estas historias. Poder leer estas historias a mi hija, dando un énfasis diferente a cada personaje: serpientes sibilantes, tigres roncos, el lorito de habla atropellada y repititiva, y así; este clásico no pudo llegar en mejor momento. 

miércoles, 6 de marzo de 2013

Finca La Linda Malbec Rosé 2012


Bodega Luigi Bosca 
Finca La Linda Malbec Rosé 2012 
13,7% Grad. Alc. 
Luján de Cuyo, Mendoza, Argentina. 

Aunque C me contradiga estoy casi seguro que es la primera vez que nos traemos un vino rosado a casa, así que este Finca La Linda Malbec Rosé se convierte en nuestra primera experiencia con esta variedad de vinos. Aprovechando que vivimos en un país tropical -aunque por el sur, cuando es temporada el frio se deja sentir- el beber tanto vinos blancos como ahora los rosados son buenas opciones para acompañar las comidas, pero -al menos por aquí, en la capital paranaense-  no es tan fácil encontrar ejemplares que animen a hacerse de alguno. Sí, hay varias opciones en el mercado, el problema son las cosechas: te deparas con añadas del 2010 para atrás, problema que también se da -en menor medida- con los blancos. El colmo fue encontrar un Casillero del Diablo chardonnay  de la cosecha 1998 y al mismo precio del 2010: sería interesante abrirlo y ver cómo está, pero no pagar para saber, si hay que pagar mejor no arriesgar -en blancos jóvenes, así como con los rosados- con más de dos años de diferencia. Así que el encontrar este rosado del 2012 fue motivo suficiente para su adquisición. 

A la vista, es de un rojo muy vivo, concentrado, brillante, formó pequeñas lágrimas; parece leve, denota poca corpulencia. En nariz, la sensación afrutada ataca rápidamente. En boca, aquí también las fresas aparecen aunque en menor medida, hay otras frutas rojas también, frambuesas quizá; tiene una rica astringencia y una buena acidez; hay un toque de clavo de olor; de poca corpulencia, es leve, sin llegar a sentirlo aguado. De final corto con retrogusto levemente especiado. 

Cuando se aprecia el marcante color rojo del vino en copa pareciera que estamos ante un vino dulce, pero no, es algo abocado pero se lo adjudicamos a lo afrutado; está lejos de ser un vino dulce. 

De buena rpc (RS 29,90, casi 15 dólares) para los padrones locales. Es un vino fresco y a la vez elegante, quizá le faltó algo más de cuerpo, pero es esforzado y cumplidor. Acompañó bien unas croquetas de atún, mientras veíamos al Corinthians perder ante el Tijuana; esta vez Paolo no la metió. 

domingo, 3 de marzo de 2013

Allesverloren Touriga Nacional 2009


Allesverloren Wine Estate 
Allesverloren Touriga Nacional 2009 
13,5% Grad. Alc. 
W.O. Swartland, Sudáfrica. 

Este caldo sudafricano es totalmente desconocido por aquí, pertenece al grupo que vino de afuera junto con el AC/DC shiraz, el Montes Alpha pinot noir, el Bonterra cabernet sauvignon, y otros que ya aparecerán. En aquel momento se buscaba un vino sudafricano y otro comprador que por ahí pasaba recomendó "cualquiera de esa bodega", mientras se llevaba un shiraz. Al momento de elegir este ejemplar pesó el hecho de ser trabajado con la uva insignia portuguesa, la touriga nacional, y aunque también había un varietal de tinta barroca al final se optó por este. Por aquí se ven pocos vinos sudafricanos y ninguno con esas uvas, hasta me atrevería a decir que no hay de ese distrito, Swartland (el "W.O." del título se refiere a "vinos de origen"), uno de los seis que conforman la región de El Cabo, siendo el más conocido -al menos por aquí- el distrito de Stellenbosch. 

"Allesverloren" significa "todo está perdido", y tras ese singular nombre la bodega tiene una linda historia. Por 1704 esas tierras eran habitadas por gente humilde quienes tenían que recorrer duros caminos hasta Stellenbosch para poder abastecerse. Al retornar de uno de esos viajes los habitantes del que ahora es aquella finca encontraron su casa y granja devastada por el fuego -pensándolo bien, la historia no es tan linda- quedando con ese nombre la hacienda que luego ahí se construiría. Las primeras cosechas de la nueva hacienda datan de 1806, y hacia finales de aquel siglo -1872- son adquiridas por Daniel François Malan quien se aventuró a comenzar el cultivo de vides y la producción de vino, cuando inicialmente las tierras fueron recomendadas para cultivar trigo. En la actualidad es Damiel Malan, perteneciente a la quinta generación de esta familia quien se dedica al cuidado de este negocio y la pasión heredadas. 

La historia no la conoceríamos si el vino no hubiera rendido, por lo menos, una buena experiencia; fue mejor que eso, de ahí a conocer sus otras variedades para estar atentos en una probable nueva salida, y claro, su historia. 

El vino: de un color negro hacia el centro, con bordes violáceos, de capa baja a media, forma lágrimas intensas. En nariz, frutos rojos, cerezas maduras, hay también un toque de vainilla. En boca, es leve, pero no llega a ser aguado; de una tanicidad marcante, algo fuerte; la madera se deja sentir lo justo, sin sobresalir a la fruta; de una acidez compleja, rica; hay un toque de frutas secas, como de pecanas, algo resinoso, rico; de final medio, con retrogusto a tabaco, y a frutos rojos de mermelada. 

Tiene una personalidad diferente, sus taninos son equilibrados pero a la vez más vivos, muy persistentes; es un caldo muy sabroso. De excelente rpc 18,90 dólares (RS 38 al cambio de aquí, aunque no es vendido en Brasil, de serlo costaría cuatro veces más). Se agradece la recomendación de aquel tío, ojalá en el futuro podamos encontrarnos con otros ejemplares de esta casa.